
Según la OMS, la ingesta recomendada de agua es de entre 2 y 2,5 litros bajo condiciones normales de actividad y temperatura. Esta ingesta debería ser del 80% por agua y el 20% restante mediante los alimentos que consumimos.
La actividad física es fundamental para mantener el cuerpo y la mente sanos. Sin embargo, es necesario reconocer el importante papel que juegan la alimentación y la hidratación en este ámbito.
Según la OMS, la ingesta recomendada de agua es de entre 2 y 2,5 litros bajo condiciones normales de actividad y temperatura. Esta ingesta debería ser del 80% por agua y el 20% restante mediante los alimentos que consumimos.
Pero esto no tiene por qué ser siempre igual. Factores como la edad, el sexo, la intensidad y duración de la actividad física realizada o la tasa de sudor de cada uno pueden requerir que las necesidades hídricas se incrementan entre dos y seis veces.
Mantener unos hábitos de hidratación adecuados tiene muchos beneficios, pero los más destacados son los siguientes:
- Facilita el transporte de nutrientes, vitaminas y minerales por todo el organismo.
- Suministra energía al cuerpo.
- Favorece la eliminación de toxinas del organismo.
Además, mediante la hidratación se regula la temperatura corporal, que es una función vital para el correcto funcionamiento del cuerpo. No ingerir la cantidad de agua necesaria puede conllevar efectos secundarios que afecten al rendimiento físico o problemas más graves como mareos o desorientación.
Por eso, te recomendamos que siempre lleves una botella de agua contigo, y que no esperes a que te entre sed para beber de ella, la sed es un síntoma tardío de deshidratación. Evita beber durante momentos de alta frecuencia respiratoria, y bebe a pequeños sorbos. Finalmente, como ya hemos dicho, recuerda que la clave es mantener pautas regulares de hidratación.